¿Autónomo o SL?

Una de las primeras preguntas que surgen a la hora de emprender es la de qué forma jurídica adoptar. ¿Monto una empresa o me hago autónomo? Es la pregunta más recurrente, y aunque no existe una regla científica que permita dar respuesta a esta cuestión, existen variables que pueden orientar a la hora de tomar esta decisión.

Gastos de constitución

Haremos una comparación rápida de los pasos a seguir para comenzar un negocio siendo autónomo o constituyendo una SL.

Autónomo

  • No es necesaria ninguna aportación inicial.
  • Realizar el Alta en el IAE en Hacienda y en la Seguridad Social.

Sociedad

  • Solicitar la denominación social en el Registro Mercantil.
  • Abrir una cuenta bancaria donde se ingresará el capital social (mínimo 3.005€).
  • Obtener la escritura pública de constitución otorgada por un notario.
  • Inscripción de la empresa en el Registro Mercantil.
  • Darse de alta en el IAE en Hacienda y solicitar el CIF provisional.
  • Darse de alta en la Seguridad Social y afiliar a los trabajadores si los hay.

Responsabilidad

El autónomo responde de todas las deudas de su actividad con todo su patrimonio personal, es decir, la responsabilidad es ilimitada.

En una sociedad limitada la responsabilidad se limita al dinero del patrimonio empresarial, la responsabilidad es limitada.

Obligaciones contables

Un autónomo debe llevar tres registros:

  • Libro Registro de facturas emitidas.
  • Libro Registro de facturas recibidas.
  • Libro Registro de bienes de inversión.

En cambio, una sociedad tiene la obligación de llevar una contabilidad conforme al Plan General Contable y del Código de Comercio. Además, hay que recordar que es obligatorio presentar anualmente en el Registro Mercantil las Cuentas Anuales.

Fiscalidad

Desde el punto de vista administrativo, las obligaciones fiscales de un autónomo o de una sociedad son similares, la principal diferencia fiscal es que un autónomo está sujeto al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y una SL está sujeta al Impuesto de Sociedades.

Es difícil comparar el impacto fiscal de ambos sistemas ya que el IRPF depende mucho de la situación personal y familiar. Mientras que el IRPF es un impuesto progresivo y depende del nivel de ingresos, el Impuesto de Sociedades es un tipo de gravamen fijo del 25%, aplicándose un tipo reducido del 15% a las nuevas sociedades durante dos años.

Para tomar una decisión, el emprendedor deberá tener en cuenta las previsiones de ingresos de su plan de negocio y considerar punto de vista fiscal es más beneficioso.

Recomendaciones

La elección depende no sólo de los factores ya comentados, sino de factores externos como si se van a tener empleados, si es uno o varios socios, si se piensa en vender participaciones en el futuro…etc.

Interesa darse de alta como autónomo cuando se realiza una actividad por primera vez, ya que los gastos son reducidos, así como la carga administrativa, y es posible que cueste arrancar.

Si el nivel de ingresos es elevado o se van a efectuar grandes inversiones, es cuando interesaría montar una SL dada su fiscalidad y responsabilidad limitada.